Cien astas se irguieron veloces señalando al cielo. La primera de
ellas, rasgó el firmamento y abrió el camino a una lluvia de lanzas
que atravesaron el cuerpo sin piedad. La pequeña balsa se adentró
en el lago al compás de unos tambores. En su estela callada, dejaba
atrás los pétalos que se habían desprendido de la corona de flores
que presidía la proa. Una flecha en llamas le dio de lleno en el
pecho y al instante ardió todo. El dios de la guerra lo sentaría a
la derecha de su trono. Era su derecho por linaje y valentía. Todos
los presagios así lo afirmaron y las odas en su honor sonarían por
varias generaciones.
Eython que observaba el crepitar de las llamas desde la orilla junto
a su madre, había estado en la batalla. También después, cuando
los cuerpos esparcidos cubrían de muerte los campos, y la pesada
carga de apilar padres, hijos y hermanos para que el fuego
purificara sus almas, se hacía más ardua que el mismo combate.
La balsa terminó de hundirse en el lago dejando el reflejo de las
últimas llamas sobre el agua, y los tambores cesaron. Los asistentes
volvieron en silencio a sus cabañas, con el luto en sus almas y la
certeza de que la guerra aún no había acabado.
Eython caminó junto a su madre que aún lloraba en silencio. La
mujer del Thaadasar no debía mostrar debilidad, ni siquiera por la
muerte de su esposo. Era la filosofía de los Thaadar, el pueblo del
que ahora heredaría el título de su padre. Temía no estar a la
altura. Su abuelo Maython el Grande había conquistado a los Asitas
las tierras de oriente de la isla donde siempre habían vivido, les
pertenecían por derecho. Su padre Taython el Bravo, trajo el
progreso a la agricultura, al comercio y la ganadería, mantuvo a los
invasores al margen de sus tierras, más allá del límite, donde los
acantilados eran tan salvajes que atravesarlos hacían muy penosos los
intentos de escaramuzas. Y aún en esta última batalla, donde había
caído con honor, llevándolos una vez más a la victoria, había
demostrado ser digno de su título. Ahora estaría sentado a la
derecha del dios de la guerra, observando todas sus decisiones.
Eython dejó que su madre adelantara sus pasos y volvió la vista
atrás hacia el lago. La caída de la noche había cubierto de
oscuridad el firmamento, y el agua había terminado de engullir los
últimos vestigios de la barca. La luna ajena a la escena, hacía su
primera aparición detrás de los árboles para elevarse por encima
de la laguna.
Foto: Tanvi Malik
¡Me has dejado con ganas de más! Adoro como describes todo, cada detalle, y en serio, siento la necesidad de saber qué más saldrá de esta historia. Esperaré con ganas el siguiente fragmento de este relato.
ResponderEliminar¡Un besín!
Gracias Gema por tu comentario! Es la primera vez que publico un relato en partes. A ver que tal.
EliminarBesos!!
Muy bueno! Atenta me vas a tener por aquí a ver cómo continúa esta historia.
ResponderEliminarBesotes!!!
Gracias Margari!
EliminarUn besote
Qué imaginación y qué mundo propio, me ha gustado, primera parte pronetedora. Las primeras frases son geniales ;-)
ResponderEliminarUn beso
Resulta que las primeras frases en principio estaban pensadas para un microrrelato, y las tuve aparcadas un tiempo. Luego se me ocurrió alargar la historia.
EliminarBesos!
Pffff. cómo lo flipo contigo!!! Me encanta!!
ResponderEliminarGracias compi!
EliminarBesotes!
Muy buen comienzo, la escena y los personajes asi como la ambientación están muy logrados, ahora toca esperar el desarollo de la historia.
ResponderEliminarBesos
Puri
Gracias Puri, este pequeño fragmento solamente es una introducción. Espero que os guste la historia completa.
EliminarBesos
¡Qué comienzo tan interesante! Me gusta cómo has ambientado la escena, describiendo tan sólo lo justo. Estoy deseando saber más sobre este reino y los motivos que lo han llevado a la guerra.
ResponderEliminarSaluditos :-D.
Gracias Marsar, la semana que viene se aclarará algó más sobre el desarrollo de la historia.
EliminarUn beso!
Hola!!! muy bueno, me gusta tu forma de escribir y me he quedado con ganas de mas. Ahora me pongo con la continuacion
ResponderEliminarPor cierto, acabo de descubrir tu blog, y ya me quedo por aquí, así que tienes un seguidor nuevo.
Te invito a visitar mi blog y a seguirme si te gusta.
Un saludo, nos leemos
Bienvenido Jaime! Me he pasado por tu blog y estaré pendiente a tus publicaciones.
EliminarGracias y abrazos
Hola!!! me ha gustado mucho y me encanta cómo escribes. Esperaré a leer el resto de la historia :)
ResponderEliminarAdoro este tipo de historias.
Un beso!
Muchas gracias Sara por pasarte por aquí. La historia ya está completa. Al final del relato hay un enlace para el siguiente.
EliminarBesos!