El
mar lo trajo y el mar se lo llevó. Apareció en la playa, envuelto
en algas y casi desnudo. En la aldea, a lo largo de los años habían
visto muchos náufragos. Llegaban deshidratados, con la cara quemada
por el sol, algunos vivos y otros muchos muertos. Los habitantes de
aquella zona del caribe estaban acostumbrados a tropezar con los
cuerpos en las playas. María Zulaida se persignaba cada vez que veía
un montículo varado en la arena. A veces solo era una tortuga
gigante o los restos de un barco. Pero aquella mañana el mar había
escupido un muchacho. Lo llevaron como a otros habían llevado antes
a la enfermería del pueblo. El médico lo dio por sano después de
que hubiera bebido y comido todo lo necesario. No sabía su nombre,
tampoco recordaba qué había pasado. Su vida comenzó justo en el
momento que levantó la cabeza en la orilla y vio a María
persignándose con cara de espanto. Le dieron un tiempo prudencial.
Ya había pasado otras veces, con otros náufragos, todos acababan
recordando y volviendo a sus tierras, con sus familias y sus mujeres.
Pero este seguía sin saber quién era y de dónde venía. Así que
decidieron llamarle Marino porque el mar era todo lo que sabían de
él. Lo adoptaron y le dieron un oficio. Ayudaba a los pescadores en
la lonja porque nadie lo quería en su barco, pensaban que era de mal
agüero llevar a un náufrago a bordo. “Lo que el mar trae el mar
se lleva”, decían los más viejos. Incluso las mujeres, velando
por su persona, no dejaban que se acercara a la orilla. “Eres hijo
del mar, y las madres siempre vuelven por sus hijos”
Acabó
casándose con María Zulaida porque decía que ella era su primer
recuerdo y el último antes de irse a dormir. La familia de la novia
puso reparos al compromiso, sobre todo la abuela, que sabía
vaticinar el futuro en la forma de las nubes y en el sonido del
viento. Pero como el amor solo es cosa de dos, finalmente celebraron
la boda el día del solsticio de verano, por ser el más largo.
A
media noche, como es tradición, los invitados se bañaron en el mar
para limpiar las almas y atraer la buena suerte e incitaron a la
novia que rodearon de flores. Marino cogió entonces en brazos a su
mujer y se dirigió hacia el oleaje ante los gritos de los presentes.
Al
contacto con el agua, María dejó de sentir los brazos que la
sostenían y en vano buscó a su esposo entre las olas. Tal y como
vino se fue.
Esta
vez lo último que vio Marino antes de dormirse para siempre fue una
luz que provenía de la superficie. Le vino a la memoria su nombre,
su madre y su pasado, mientras una bandada de peces ascendían hacia
la claridad y él se hundía lentamente hacia los fondos inexplorados
del océano.
La
gente del pueblo empezó a decir que la mar, muerta de celos se lo
había llevado, y contaban la historia a sus hijas, para que no se
casaran con los náufragos que seguían llegando a las orillas,
envueltos en algas y desnudos, confundiéndose con tortugas marinas y
despojos de barcos.
Foto:
Muy bonito Abril y muy triste, ese naufragó que vuelve al mar.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho como has contado esa vida prestada que finalmente la "madre" recupera, pobre Maria.
Un saludo
Qué bonito! Y triste, como dice Conxita. El mar siempre recupera lo que es suyo...
ResponderEliminarBesotes!!!
Me pareció hermosamente nostálgico, con mucho de magia y fábula.
ResponderEliminarQué bueno que vine a leerte.
Un abrazo grande.
HD
Un placer leerte Abril, ya te echaba de menos.
ResponderEliminarBesos.
Una historia de mar y de amor. La mar celosa se lo arrebató a ella y ésta indefensa lo tuvo que dejar ir.
ResponderEliminarBesos y fue un placer leerte.
Puri
El mar es el mejor escritor que conozco, sus argumentos nos llevan entre las mareas.
ResponderEliminarHe disfrutado este relato.
Me encantó tu blog. Me quedo. Espero te guste el mío!! Saludos
ResponderEliminarhabia una vez..
ResponderEliminarmaravilloso relato
Que historia tan bien narrada, tan llena de misterio y a la vez tan sencilla como las antiguas narraciones. Ha sido una lectura muy interesante y con un fin aunciado pero que no se espera que se cumpla.
ResponderEliminarHe estado ausente pero me reincorporaré enseguida, bueno ya volveremos a estar en contacto. Me ha dado alegría volver a leer lo que escribes. Un abrazo.
Hola, Abril... Te comento que te he nominado a un premio bloguero. Puedes informarte al respecto leyendo el siguiente post:
ResponderEliminarhttp://elzocodelakkamanda.blogspot.com.es/2016/07/una-nueva-distincion-para-el-zoco-el.html