Luego cruzó el pasillo, bajó al
sótano y mató al prisionero.
Se había convertido en un huésped
no deseado. Llevaba tiempo queriendo deshacerse de él. No soportaba sus ruidos,
ni las migas que dejaba al comer. Había destrozado su colección de vinilos, y
ese fue el detonante. Lo intentó con veneno, pero el ladino no probó bocado.
Después dejó pequeñas trampas estratégicamente repartidas y esperó. Escuchó un
chasquido en la quietud de la noche.
Al subir las escaleras se
encontró con la pequeña de la casa que gritó horrorizada: “¡papá ha matado al
ratoncito Pérez!”. Ese fue el único fallo de un plan perfecto.
Microrrelato presentado a la semana 21 de "Relatos en Cadena"
Me ha encantado el microrelato. No existe el plan perfecto...
ResponderEliminarUn placer leerte.
Gracias por tu asiduidad! Nos leemos
EliminarUn beso
Muy bueno el final!
ResponderEliminarBesotes!!!
Era un huesped no deseado. No cabia otro final... ;)
EliminarUn besote!
Jejeje pobre Mr. Pérez :) muy buen golpe final.
ResponderEliminarBesos
Es cierto, la niña le tenía cariño, pero también hay que comprender al padre. Aunque creo que a Pilar no le hubiera gustado el micro.
EliminarFiquei encanta com este seu conto curto
ResponderEliminarUm final que na minha opinião é de "mestre"
Parabéns
:)
Gracias a ti por pasarte por el blog!
EliminarTe mando um beijão
Me ha gustado el misterio!! quería descubrir la identidad del prisionero!!
ResponderEliminarUn beso
Que alegría de verte por aquí!
EliminarGracias!! Un besote
Un giro, dos giros... Estupendo relato, de los previsible a lo imprevisible en un chispún. ¿A quién se le ocurre cargarse al ratoncito Pérez?
ResponderEliminarBesos
Eso digo yo, es lo que falló del plan. La pobre niña no tendría que haberse enterado.
EliminarUn besote
Aunque en la narración se intuye que el prisionero circulaba con cierta libertad haciendo destrozos (un poco contradictorio), la idea es buena. Suerte en el próximo.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias. Las pistas estaban claras, sí que se puede deducir que es un ratón antes del final.
EliminarCon cierta libertad hasta un límite, a veces no es tan facil librarse de un huesped no deseado.
Suerte para tí también.
No imaginaba que la más pequeña no lo entendería, la próxima vez tendría que andar con más cuidado en sus actos. Me gusta el relato.
ResponderEliminarUn beso.
Me gusta que te guste!
ResponderEliminarBesos
jejejej, guay!!!
ResponderEliminar;) !!
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