El espejo le devolvía su imagen cada vez más marchita. Al tacto, la piel de las mejillas le parecía lisa y uniforme. El maldito cristal había hecho alianza con el tiempo en su contra.
Como defensa había construido
una trinchera de cremas y cosméticos. La balanza no se inclinaba a
su favor, a cada ofensiva perdía una nueva batalla. Finalmente, la
guerra se saldó con un muerto.
Un proyectil de antiarrugas hizo
estallar el espejo en mil diminutos cristales. Desde entonces todas
las mañanas se anota un asalto. Al tacto, su piel es cada día más
tersa.
Un microrelato muy inteligente y muy aleccionador.
ResponderEliminarUn saludo.
me parece plagado se una sensibilidad que se percibe.
ResponderEliminarun saludo
Siempre me quedo sorprendida con esta habilidad de decir tanto con tan pocas palabras, de condensar una historia en tan pocas líneas. Como dice Enzo, un micro muy inteligente y con una gran enseñanza detrás.
ResponderEliminarBesotes!!!
Como debe ser
ResponderEliminarGracias a todos por los comentarios.
ResponderEliminarIrremediablemente hay que aceptar el paso del tiempo, eso significa que hemos vivido.
Saludos y besos!